El Port de la Selva es un pequeño pueblo costero ubicado en la provincia de Girona en Cataluña. A menudo ignorado por los turistas que se dirigen a destinos más populares como Barcelona y Costa Brava, el Port de la Selva es una joya escondida que merece reconocimiento.
Imagínese caminando por las estrechas calles empedradas del puerto deportivo, rodeado de pintorescas casas blancas. El sol brilla en el cielo y el sonido de las olas del mar Mediterráneo se pueden escuchar a lo lejos. Este es el ambiente que encontrará en el Port de la Selva, una mezcla perfecta de tranquilidad y belleza escénica.
En cuanto al turismo, el Port de la Selva cuenta con una amplia variedad de actividades para todos los gustos. Uno de los puntos más destacados del pueblo es el Monasterio de Sant Pere de Rodes, una impresionante estructura románica construida en la cima de una montaña que data del siglo X. Los visitantes pueden caminar por los senderos que suben y bajan la montaña, disfrutando de una vista espectacular del paisaje circundante.
Para los amantes de la naturaleza, el Parque Natural del Cap de Creus es también una visita obligada. Hogar de una gran cantidad de aves marinas, la zona es conocida por su belleza impresionante y su rica fauna. Los visitantes pueden tomar un paseo en barco para avistar ballenas y delfines, o hacer senderismo a través de la jungla densa.
Pero eso no es todo. El Port de la Selva también es famoso por sus playas de aguas cristalinas y sus deportes acuáticos, como el windsurf y el kitesurf. Los turistas pueden alquilar kayaks para explorar las cuevas mar adentro o simplemente relajarse en la playa y disfrutar del sol.
En cuanto a la gastronomía, el Port de la Selva es conocido por su excelente cocina mediterránea. Los restaurantes locales ofrecen pescado fresco y mariscos, preparados de acuerdo a la tradición culinaria catalana. Los visitantes pueden disfrutar de platos tradicionales como la caldereta de langosta (un guiso de marisco típico de la región) mientras disfrutan de las vistas del puerto.
En resumen, el Port de la Selva es una joya escondida en la costa catalana que vale la pena visitar. Con su mezcla de belleza natural, patrimonio histórico y excelente comida, el pueblo ofrece una experiencia única que te dejará con ganas de volver.
Nombres de playas en El Port de la Selva
Port de la Selva es una joya escondida ubicada en la costa catalana que brinda a los visitantes una variedad de playas preciosas, cada una con su propia belleza única. Desde playas de arena fina y agua cristalina hasta playas rocosas y aisladas, la región tiene algo para todos los gustos y preferencias.
Una de las playas más populares de la región es la Playa de Port de la Selva, ubicada en el centro del pueblo. Esta playa de arena blanca ofrece hermosas vistas al puerto y a las colinas circundantes. Otra playa impresionante es la Playa de La Tamariua, ubicada en un pequeño cañón de piedra entre acantilados con vistas impresionantes. Esta playa es perfecta para aquellos que buscan privacidad y tranquilidad. La Playa de Cala Taballera es una playa más pequeña y más idílica escondida detrás de colinas, ideal para aquellos que quieren huir del bullicio del pueblo. Además, hay otras excelentes opciones de playas en la región, como la playa de Grifeu y la playa de Massa d’Or. En general, Port de la Selva es un destino en la costa catalana que debe ser visitado, especialmente si buscas una experiencia de playa inolvidable.
Pueblo situado en la parte de poniente de la Bahia del mismo nombre y al pie de Cap Gros. Es el único refugio marítimo del sector de la costa donde se encuentra emplazado. Sector de costa que viene configurado por los macizos roqueños que, ásperamente acantilados, majestuosamente imponentes y accidentados, se precipitan sobre el mar y determinan Cap de Creus, con las islas Massa d’Oros y L’Encalladora al frente; Isla Culleró, Punta del Moli, Isla Portaló, Punta dels Farallons, Penyes Roges, Cap Gros, Punta Blanca, Punta de la Creu y tantas otras cortantes agujas y escollos.
Tras estos parajes bravos, surge la serena presencia de Port de la Selva, poblado originariamente de pescadores, acogedor y con un puerto natural mejorado con obra moderna, y al fondo de la bahía de aguas siempre tan tranquilas que parecen más bien las de un lago.
Dentro de la curva que bordea un anfiteatro montañoso, por otra parte, de sinuosidades suaves, en realidad, la población comienza en el punto llamado Port de Reig y se alarga hasta el Moll de Balleu. Junto a la playa que se extiende en medio del golfo, dispone además de la de La Vall, al otro lado de la Punta Cap de Terre.
El censo de sus habitantes llega escasamente al millar. Un par de hoteles, algunas residencias y el camping acogen a los propiamente turistas o veraneantes forasteros. En cambio, son numerosas las propiedades de aquellos que, desde hace algunos años, acuden a pasar temporadas en esta población.
A 3 km de la playa se halla el poblado de Selva de Mar, donde durante siglos vivieron los pescadores de este litoral y que alternaban la pesca con el cultivo de la tierra, y que con sus instalaciones junto a la costa, dieron lugar al actual Port de la Selva.
De primordial interés resultan las excursiones por el Valle de Santa Creu y, sobre todo, al antiguo monasterio-fortaleza benedictino de San Pedro de Roda, cuya monumental iglesia, joya del arte románico, fue consagrada en 1022. Más arriba de donde está dicho monasterio, se encuentran las ruinas de otra fortaleza también muy antigua. El monasterio se encuentra actualmente en una etapa de restauración. Pero la enormidad de la fábrica de sus dependencias siguen levantando la gallardía de su silueta, evocándonos la grandeza de su pasado.