Imagine estar rodeado de la majestuosidad de la naturaleza, con el sonido de las olas del mar y el canto de las aves en el aire. Todo esto se puede encontrar en Cala Pedrosa, una de las playas más magníficas de Torroella de Montgrí, Baix Empordà.
Cala Pedrosa es una playa de grava y roca, con un tamaño mediano, de unos 120 metros de largo. Se encuentra en una ubicación aislada, rodeada de acantilados y bosques naturales. Para llegar a la playa es necesario caminar un sendero bastante empinado durante aproximadamente 15 minutos, pero el esfuerzo es completamente recompensado al llegar a la costa.
La playa está dentro del Parque Natural del Montgrí, las Islas Medas y el Baix Ter, una zona protegida debido a su valor ecológico y medioambiental. Esto significa que está rodeada de una flora y fauna envidiables, lo que lo convierte en un lugar perfecto para aquellos que buscan un ambiente natural y tranquilo.
Entre los atractivos que se pueden disfrutar en Cala Pedrosa, destaca el agua cristalina y serena, perfecta para nadar y bucear con esnórquel.
Además, el paisaje es idílico con impresionantes acantilados, agua transparente, un ambiente limpio y deslumbrante. También hay suficiente espacio para tomar el sol o practicar cualquier deporte como el piragüismo, paseos en bote o caminatas.
Cabe destacar que esta playa no cuenta con servicios de rescate, por lo que se recomienda precaución y respetar las normas de seguridad al nadar y hacer deportes acuáticos. Sin embargo, hay pequeñas empresas de servicios de kayak y pedaló para aquellos que buscan pasar un día inolvidable.
En cuanto a los alrededores de la playa, existen algunos restaurantes y bares, pero también se puede llevar una bolsa de picnic y disfrutar de una tarde en la arena. Si se desea, incluso se puede visitar la vecina Platja de Castell, una playa con una vista impresionante y un museo arqueológico que se encuentra a menos de 30 minutos en coche.
En conclusión, Cala Pedrosa es una playa que ofrece una experiencia única para aquellos que buscan la tranquilidad y el contacto con la naturaleza. A pesar de su difícil acceso y la falta de instalaciones en la playa, la belleza natural que ofrece es indescriptible. Sin lugar a dudas, Cala Pedrosa es un verdadero tesoro escondido en la magnífica costa catalana.